martes, julio 31, 2007

Un año...


Ya ha sido un año de que no te miro a los ojos y te digo con la mirada que te amo, ha sido un año ya en el que te marchaste sin mirar atrás, ni decir lo mucho que quizás me querías.

En fin, que más puedo hacer, si aún me dueles, si aún me haces falta, si aún te busco en cada hombre con el que he estado, si aún te amo.

Iría por ti hasta el fin del mundo sabiendo que no te encontraría solo por un abrazo más. Una vez me dijiste que el amor es uno solo, que uno da la vida por el ser que ama, créeme que la daría por ti.

Quizás amé a un fantasma, en realidad ahora eres un fantasma pero no me importa, porque ha sido el fantasma más real en mi vida.

Dicen que ojos que no ven corazón que no siente, no sé a quien se le ocurrió semejante estupidez, si supiera quien fue lo enfrentaría y le diría lo equivocado que está.

Pero en mis manos no queda nada por hacer, sí bajé los brazos, ahora solo se lo dejo a la vida, quien sabe si algún día volvemos a coincidir en ella.


viernes, julio 27, 2007

Me fuí a Negro... pero con colores


Todo era de colores

Mis ojos abiertos no veían nada más

Que luces y más luces

Mi cuerpo no lo podía mover

Sentía que no era mío,

Que por primera vez en mi vida

No era capaz de manejarlo…

¿Y es que se habrán adormecido mis neuronas?

miércoles, junio 06, 2007

amelie...



Me gusta el cine, el olor a café;
el otoño y el viento en la cara junto al mar;
no me gusta el tráfico, el ruido, las mentiras,
la falta de sueños y el racismo;
me gusta el jazz, la luz de las velas, las nubes, los viajes,
mirar a la gente en los trenes y leer;
no me gusta que no me vean a los ojos cuando me hablan,
que abran los ojos al besarme y la hipocresía;
me gustan los quesos y el vino...

no podemos dejar de asombrarnos,
y ni dejar de tener fe en el poder del amor y en la belleza de la vida,
de los rincones, de la magia del enamoramiento,
de los gustos simples como arrojar una piedra o admirar una fotografía...

*intentar hacer más feliz la existencia de los demás,
ia que la mía no se puede mejorar...

jueves, mayo 03, 2007

pasan cosas...


Hace un momento atrás venía en la micro de Valparaíso a viña del mar, y en medio del tramo un accidente automovilístico, justo iban sacando a los heridos.

Eso me recordó mucho lo que sucedió en el verano, una noche como cualquiera en que sólo se buscaba pasarla bien, pero ésta vez la vida nos dio una lección. Quizás las ganas de seguir pasándolo bien después de un carrete como el de todos los días de verano, casi rutinario, mis amigos querían seguir “pasándola bien” uno subió a aquel auto solo por no caminar a su casa, y los otros cuatro porque de verdad iban a seguir el carrete, él destino en ese momento los unió para darles esté golpe que siempre lo marcará, cada uno iba por su lado se encontraron y decidieron seguir el carrete.

Esa noche estuve con cada uno de ellos, con uno especialmente, y eso fue lo que más me marco, porque recuerdo que ese día en una conversación le dije: “la muerte siempre está a nuestro lado”, y él respondió: “jaja que eres cuatica”. Sin embargo ese día la muerte sí estuvo a su lado. Al subirse al auto fueron a comprar “copete” a un lugar alto de la ciudad, y al ir de vuelta el auto volcó, y uno murió y los demás resultaron heridos. Antes escuchaba de otras personas: “mis amigos tuvieron un accidente en auto, hubieron muertos o personas graves, etc.

Nunca imaginé que publicaría sobre el accidente de mis amigos que vi desde tan cerca, pero creo que importante crear conciencia, a todos nos gusta irnos de fiesta y pasarla bien, pero tenemos que saber hacerlo.

lunes, abril 16, 2007

Mi vida, sin vida...


Hoy la vida me ha enseñado que no debo sentarme a mirar como pasa el mundo frente a mis ojos sin querer participar de él. Nunca he amado ni creo haber sido amada, hablando del amor de pareja claro, porque si no fuera por el amor de mi familia y de mis amigos no estaría viva, me habría ido lejos de este mundo, desafiando a la muerte que está siempre a nuestro lado, vigilando cada moviendo, cada acción que realizamos, para venir y atacarnos por la espalda, porque la muerte es cobarde no nos atrapa de frente, sino cuando nadie la ve.

Sé que si la vida fuera fácil, no tendría misterio vivirla, siento que la mía es un flor casi marchita, que lo único que necesita es amor para revivirla, no placeres pasajeros que se los lleva la misma vida y se esconden en el rincón más escondido de nuestra mente.

A veces me pregunto dónde estará mi otra mitad, esa de la que todos hablan, en la que todos creen. Mi ejemplo de vida, mis padres casados a los 16 años, y con 31 años de matrimonio, o sea más de la mitad de su propia vida juntos, sin poder separarse el uno del otro, que si uno muriera su otra mitad moriría de pena al no sentirlo.

Necesito amar, pero no quiero enamorarme, siento que soy amante del amor, pero una enemiga indiscutible de cupido.

Sin embargo, quiero dar amor como la primavera da luz y color a sus flores, sólo quiero disfrutar cada momento y vivir en armonía, quiero cerrar los ojos y volar, entender que nadie establece normas salvo la vida, entender que la vida es más que sueños, frustraciones, amor y dolor, es lo que nosotros queremos que sea.

martes, marzo 20, 2007


"...Acababa de entrar en otro vagón. Aquella muchacha era distinta. Cabello negro, marfileña palidez, ojos con la profundidad y las tinieblas de la noche en ellos. Los tristes y orgullosos ojos del sur…El que aquella mujercita estuviera sentada en aquel tren, entre aquella gente opaca e impersonal, obedecía a algún inexplicable error. No podía ser que viajara en dirección a un lugar que ni ella misma sabía, lo único que estaba claro es que iba en busca de su amor.

Su puesto estaba en un balcón jugueteando con una rosa o un clavel, y a su alrededor el ambiente debía estar cargado de polvo, de calor y olor de sangre y arena. Tenía que estar en algún sitio espléndido, no en un vagón de tercera clase.

Un hombre observador no dejó de notar el estado negro del abrigo de la joven, lo barato de sus guantes, los sencillos zapatos y la chillona nota de un bolso rojo llama. Y, sin embargo, en esa muchacha había esplendor, finura, exotismo. ¿Qué diablos hacía en aquella tierra de nieblas, frías e industriosas y presurosas hormigas? “Tengo que enterarme de quien es y lo que hace aquí”- pensó. “Tengo que enterarme”..."

lunes, enero 08, 2007

Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Eduardo Galeano





¿Aún pensamos que América Latina tiene su propia historia?

Al parecer somos herederos de los nadies, de esos indígenas que son los verdaderos dueños de esta “Mestizoamérica”, llena de secretos y tesoros… dicen que el navegante que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica que parece una aventura de la imaginación: “Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen”. este no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos, de los tiempos en los cuales América Latina era un verdadero paraíso.

Como dijo Gabriel García Márquez “un lugar donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.

¿Hasta cuando seguiremos viviendo en la soledad de América Latina?